EJERCICIO DE REFLEXIÓN



“La desgracia nunca es algo puro, tampoco la felicidad, pero apenas la convertimos en relato, damos un sentido al sufrimiento y comprendemos, mucho tiempo después, que pudimos transformar una desgracia en maravilla”.(Catherine Enjolet).

Ahora van a construir un símbolo y un ritual que represente para cada uno de ustedes esa fuerza interior, esa fortaleza, que es la resiliencia, la cual pueden fomentar en otras personas. Pueden realizar el ejercicio individualmente o, mucho mejor en pequeños grupos.

Recuerden que…

Resiliencia es una capacidad que tenemos y podemos desarrollar todos los seres humanos, para afrontar las adversidades, superarlas y salir fortalecidos de ellas. No hay dificultad o situación adversa (a excepción de la muerte) que no haya superado el ser humano.

Las personas son más resilientes cuando tienen acompañantes que les brinden afecto, buen trato y cariño permanente y constante. Es un vínculo seguro es una excelente vacuna que nos da fuerza para confrontarnos con la adversidad.

La presencia de los factores de riesgos en la vida de una persona son por ejemplo: tener padres drogadictos, la pobreza, el desplazamiento, la violencia, entre otros), no llevan necesariamente a la destrucción o a repetir la historia en sus vidas.

Aunque el árbol que nace torcido, puede que su rama no enderece, igual produce frutos (no propiamente torcidos), da sombra y busca el sol para seguir creciendo.

Tejiendo el vínculo de vida: la afectividad

“El camino de la vida puede ser la libertad y la belleza y sin embargo nos extraviamos. Pensamos en demasía y sentimos bien poco. Más que de máquinas, necesitamos afecto y dulzura. Sin esas virtudes la vida será violenta y todo estará perdido.

No odiéis. Solo odian los que no saben hacerse amar (…) Los que no pueden hacerse amar son inhumanos (charles Chaplin).

El afecto se debe cultivar todos los días para sostener al vínculo en una relación de personas y no de objetos. Quién está relacionado con alguien por sus cosas, está vinculado con el objeto dinero y utiliza a la persona como medio y no como fin. Establece, un falso vínculo que es mentiroso y pasajero, y termina cuando desaparece el dinero o el objeto amado, ya que la persona y el vínculo de intercambio afectivo nunca existieron.

El vínculo es una construcción dinámica, todos los días cambia y recíproca porque lo construyen son dos o más personas, y exige estímulos y respuestas desde ambas. Es un proceso de dimensiones existenciales humanas: ser, sentir, pensar, relacionar, comunicar y hacer.

Hay un dicho que dice: “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana”. ¿Ustedes qué opinan? ¿La pobreza influye en la capacidad de compartir afecto?

¿Cómo puede un buen vínculo personal o comunitario ayudarnos a cambiar y a crear nuevos significados en nuestras vidas? ¿Cómo puede ayudarnos romper el “destino” trazado por nuestras circunstancias adversas?